UNESCO

Principios internacionales de ética profesional en periodismo

Publicado por la cuarta reunión consultiva de periodistas internacionales y regionales, en París, en 1983, bajo los auspicios de la UNESCO.

Participantes: La Organización Internacional de Periodistas (IOJ), la Federación Internacional de Periodistas (IFJ), la Unión Católica Internacional de la Prensa (UCIP), la Federación Latino-Americana de Periodistas (FELAP), la Federación Latino-Americana de los Trabajadores de la Prensa (FELATRAP), la Federación de Periodistas Árabes (FAJ), la Unión de Periodistas Africanos (UJA), y la Confederación de Periodistas de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (CAJ) - representando, en total, 400.000 periodistas de todo el mundo.
Principio I: El derecho de la gente a la información veraz. La gente y los individuos tienen el derecho a adquirir una visión objetiva de la realidad por medio de la información exacta y comprensiva, así como a expresarse libremente a través de los medios de cultura y de comunicación.
Principio II: La dedicación del periodista a la realidad objetiva La principal tarea del periodista es servir a la gente en su derecho a la verdad y la información auténtica con una dedicación honesta a la realidad objetiva, de manera que los hechos estén divulgados conscientemente en un contexto apropiado, precisando sus conexiones esenciales y sin causar distorsión, con el despliegue debido de la capacidad creativa del periodista, para proporcionar al público el material adecuado que le permita formarse una idea exacta y comprensiva del mundo, en la cual, el origen, la naturaleza y la esencia de los acontecimientos, procesos y estados de eventos estén comprendidos del modo más objetivo posible.
Principio III: La Responsabilidad Social Del Periodista La información en periodismo se entiende como bien social y no como un producto, lo que significa que el periodista comparte la responsabilidad de la información transmitida y es, por lo tanto, responsable, no solamente, ante ésos que controlan los medios sino principalmente, ante el público, incluyendo varios intereses sociales. La responsabilidad social del periodista requiere que él o ella actúen, bajo todas las circunstancias, en conformidad con el sentido ético personal.
Principio IV: La Integridad Profesional Del Periodista El papel social del periodista exige que la profesión mantenga los mayores niveles de integridad, incluyendo el derecho del periodista de rechazar aquel trabajo que vaya en contra de sus convicciones o de divulgar fuentes de la información, así como el derecho de participar en la toma de decisión del medio en el cual está empleado. La integridad de la profesión no permite que el periodista acepte ninguna forma de soborno o ventaja de ninguna persona contrario al bienestar general. Asimismo pertenece a la ética profesional el respeto a la propiedad intelectual y, concretamente, a rechazar el plagio.
Principio V: Acceso público y Participación La naturaleza de la profesión exige que el periodista promueva el acceso del público a la información y a la participación de éste en los medios, incluyendo el derecho a la corrección o a la rectificación y el derecho a la replica.
Principal VI: Respeto a la intimidad y a la dignidad humana Una parte fundamental de los valores profesionales del periodista es el respeto al derecho del individuo a la intimidad y a la dignidad humana, en conformidad con las provisiones del derecho internacional y nacional referente a la protección de los derechos y de la reputación de otras, prohibiendo la difamación, la calumnia, el soborno y la difamación.
Principal VII: Respeto por el interés público Los principios profesionales del periodista prescriben el respecto debido a la comunidad nacional, sus instituciones democráticas y la moral pública.
Principal VIII: Respeto por los valores universales y la diversidad de culturas Un periodista de verdad defiende los valores universales de la humanidad, sobretodo la paz, la democracia, los derechos humanos, el progreso social y la liberación nacional, mientras que respeta el carácter, el valor y la dignidad distintivos de cada cultura, así como el derecho de cada persona a elegir y desarrollar libremente sus sistemas políticos, sociales, económicos y culturales. Así el periodista participa activamente en la transformación social hacia la mejora democrática de la sociedad y contribuye con el diálogo a un clima de confianza en las relaciones internacionales que guían hacia la paz y la justicia para todos, a la distensión, al desarme y al desarrollo nacional. Pertenece a la ética de la profesión que los periodistas conozcan las disposiciones relevantes contenidas en convenciones, declaraciones y resoluciones internacionales.
Principio IX: Eliminación de la guerra y de otros grandes males que enfrenta la humanidad El compromiso ético con los valores universales de la humanidad llama a que el periodista se abstenga de cualquier justificación para la incitación a las guerras de agresión y a la carrera de armamento, especialmente en el caso de armas nucleares, y el resto de las demás formas de violencia, odio o discriminación, especialmente el racismo y el apartheid, así como la opresión por regímenes tiránicos, el colonialismo y neo-colonialismo, y otros grandes males que afligen a la humanidad, tal como la pobreza, la desnutrición y las enfermedades. Haciendo así, el periodista puede ayudar a eliminar la ignorancia y el desentendimiento entre la gente, hacer a los ciudadanos de un país sensibles ante las necesidades y deseos de otros, asegurar el respecto a los derechos y la dignidad de todas las naciones, de toda la gente y de todos los individuos sin la distinción de raza, sexo, lengua, nacionalidad, religión o convicción filosófica.
Principio X: Promoción de un nuevo orden de información y de comunicación mundial El periodista funciona en el mundo contemporáneo dentro del marco de movimiento hacia nuevas relaciones internacionales, en general, y un nuevo orden de información en concreto. Este nuevo orden, entendido como la parte fundamental del nuevo orden económico internacional, se dirige a la descolonización y la democratización del campo de la información y de la comunicación, nacional e internacionalmente, en base a la coexistencia pacífica entre la gente y con el respeto completo a su identidad cultural. El periodista tiene una obligación especial de promover el proceso de la democratización de las relaciones internacionales en el campo de la información, en concreto y sobre todo fomentando las relaciones pacíficas y amistosas entre los estados y la gente.
Fuente: Press Wise Trust ( www.presswise.org.uk )

FEDERACION LATINOAMERICANA DE PERIODISTAS

La información concebida como bien social concierne a toda sociedad a la que corresponde establecer normas morales que rijan la responsabilidad de los medios de comunicación colectiva.
La resolución 59 (I) de la asamblea general de las naciones unidas, adoptada en 1946, expresa: " la libertad de información requiere como elementos indispensables la voluntad y capacidad de usar y no abusar de sus privilegios. Requiere, como disciplina básica, la obligación moral de investigar los hechos sin perjuicio y difundir las informaciones sin intención maliciosa.
Los esfuerzos por estatuir una normativa ética universal han avanzado el la XX Asamblea General de la UNESCO al aprobar la declaración especial relativa a la responsabilidad de los medios de fusión masiva, cuyo artículo VIII manifiesta: "las organizaciones profesionales, así como las personas que participan en la formación profesional de los periodistas y demás agentes de los grandes medios de comunicación que les ayudan a desempeñar sus tareas de manera responsable, deberían acordar particular importancia a los principios de la presente declaración en los Códigos deontológicos que establezcan y por cuya aplicación velan".

El periodista, en su condición de intermediario profesional, es factor importante del proceso informativo y su ética profesional estará orientada al desempeño correcto de su oficio, así como a contribuir a eliminar o reducir las actuales deformaciones de las funciones sociales informativas. Ello se hace imprescindible porque en la región los empresarios de la noticia usurpan nuestro nombre autodenominándose "periodistas" y aplican una pseudo ética regida por los preceptos del provecho comercial.
Las normas denotológicas estatuidas en este documento se basan en principios contenidos en códigos nacionales, en declaraciones y resoluciones de la ONU y sus organismos, como también en la Declaración de Principios de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) y que proclaman:
 La libertad de prensa la concibe como el derecho de nuestros pueblos a ser oportuna y verazmente informados y a expresar sus opiniones sin otras restricciones que las impuestas por los mismos intereses de los pueblos.
 Declara que el periodista tiene responsabilidad política e ideológica derivada de la naturaleza de su profesión, que influye en la conciencia e las masas, y que esa responsabilidad es insoslayable y constituye la esencia de su función social.
La Felap está consciente de las dificultades en la aplicación de una normativa deontológica en los marcos del sistema informativo vigente regido por la tenencia privada de los medios, y la conversión de la noticia en mercancía. Considera la conciencia moral como una de las formas de conciencia social, producto histórico concreto, determinado por la estructura económica, por lo que es mutable y en cada caso prevalecen las normas de los sectores dominantes.
La Felap está convencida de la existencia del progreso moral y de que con la sucesión de etapas históricas la humanidad ha logrado e impuesto puntos de vista éticos que expresan intereses comunes y son válidos para el género humano. Segura, asimismo de que la libertad moral individual sólo es posible con la toma de conciencia sobre los intereses sociales la Felap opina que la ética profesional debe ser conquistada dentro de la batalla para alcanzar en nuestras naciones un periodismo auténticamente libre.
En la certidumbre de que una moral profesional coadyuvará a ese objetivo la Felap proclama el siguiente Código Latinoamericano de Ética Periodística:
Artículo 1 - El periodismo debe ser un servicio de interés colectivo, con funciones eminentemente sociales dirigidas al desarrollo integral del individuo y de la comunidad. El periodista debe participar activamente en la transformación social orientada al perfeccionamiento democrático de la sociedad; y consagrar su conciencia y quehacer profesional a promover el respecto a las libertades y a los derechos humanos.
Artículo 2 - El periodismo debe contribuir al fortalecimiento de la paz, la coexistencia, la autodeterminación de los pueblos, el desarme, la distensión internacional y la comprensión mutua entre todos los pueblos del mundo; luchar por la igualdad de los seres humanos sin distinción de raza, opinión, origen, lenguaje, religión o nacionalidad. Es un deber ineludible del periodista latinoamericano contribuir a la independencia económica, política y cultural de nuestras naciones y pueblos, y al establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional y de la descolonización de la información.
Artículo 3 - Son además deberes imperativos del periodista:
 Impulsar, consolidar y defender la libertad de expresión y el derecho a la información, entendido éste como el derecho que tienen los pueblos a informar y a ser informados.
 Promover las condiciones para el establecimiento del flujo libre y equilibrado de las naciones en los niveles mundial, regional y nacional.
 Luchar por un nuevo orden informativo acorde con los intereses de los pueblos que sustituya al que actualmente impera en la mayoría de los países de Latinoamérica deformando su realidad.
 Pugnar por la democratización de la información a fin de que el periodista ejerza su misión de mediador profesional y agente del cambio social y de que la colectividad tenga acceso a esa misma información.
 Rechazar la propaganda de inevitabilidad de la guerra, la amenaza y el uso de la fuerza en los conflictos internacionales.
Artículo 4 - En su labor profesional el periodista adoptará los principios de la veracidad y de la ecuanimidad y faltará a la ética cuando silencie, falsee o tergiverse los hechos, proporcionará al público información sobre el contexto de los sucesos y acerca de las opiniones que sobre ellos se emitan a fin de que el perceptor del mensaje noticioso pueda interpretar el origen y la perspectiva de los hechos. En la difusión de ideas y opiniones el periodista preconizará las condiciones para que ellas puedan expresarse democráticamente y no sean coartadas por intereses comerciales, publicitarios o de otra naturaleza.
Artículo 5 - El periodista es responsable por sus informaciones y opiniones, aceptará la existencia de los derechos de réplica y respetará el secreto profesional relativo a sus fuentes.
Artículo 6 - El periodista debe ejercer su labor en los marcos de la integridad y la dignidad propias de la profesión, exigirá respeto a sus creencias, ideas u opiniones lo mismo que al material informativo que entrega a sus fuente de trabajo, luchará por el acceso a la toma de decisiones en los medios en que trabaje. En el respecto legal procurará el establecimiento de estatutos jurídicos que consagren los derechos y deberes profesionales.
Artículo 7 - Son acciones violatorias de la ética profesional:
 El plagio y el irrespeto a la propiedad intelectual.
 El soborno, el cohecho y la extorsión.
 La omisión de información de interés colectivo.
 La difamación y la injuria.
 El sensacionalismo.
Artículo 8 - Se considera una violación en alto grado de la ética profesional la participación o complicidad de periodistas en la represión a la prensa y a los trabajadores de la información.
Artículo 9 - El periodista debe fortalecer la organización y la unidad sindical o gremial ahí donde existan y contribuir a crearlas donde no las haya y se vinculará al movimiento de la clase trabajadora de su país.
Artículo 10 - El periodista debe procurar el mejor conocimiento y velar por la defensa de los valores nacionales especialmente por la lengua como expresión cultural y como factor general de las nuevas formas de cultura.
Artículo 11 - Es un deber del periodista contribuir a la defensa de la naturaleza y denunciar los hechos que generen la contaminación y destrucción del ambiente.
Este Código Latinoamericano de Ética Periodística entra en vigor en el momento de su aprobación por el II Congreso Latinoamericano de Periodistas.
Como se aprecia a simple vista el texto trascrito es hijo de su tiempo al periodista se le exige mucho compromiso político explicito. Por otra parte los resultados de encuesta de la FELAP de 1985 demuestran que el estado prepotente de los propietarios de los medios informativos no ha cambiado en la mayor parte de los países iberoamericanos es la actitud de la UNESCO frente a la colegiación obligatoria de los periodistas, que tan fuertes raíces habían echado en Latinoamérica.

PARA QUE SIRVEN LOS DIARIOS

Por Umberto Eco L'Espresso
(Traducción de Helena Lozano Miralles)

Durante algunos días los periódicos italianos han salido sin las firmas de sus autores, por lo menos las de los periodistas de planta, no las de los colaboradores extranjeros u ocasionales. Fue una forma de protesta por parte de los periodistas profesionales. He estado de viaje casi todo el mes y no he entendido si la regla valía también para los semanarios (por razones extremadamente misteriosas, se pueden encontrar diarios italianos de la misma mañana incluso en Tombuctú, pero en París y en Zurich los semanarios llegan con siete días de retraso, cuando se tiene suerte).

Si la regla vale también para L'Espresso, estoy dispuesto a anonimizarme por solidaridad, aunque tratándose de una columna donde sale también mi caricatura me parece un poco ridículo figurar sin nombre, pero con retrato, a menos que sustituyamos el retrato por un manchón negro. Ahora bien: el problema no es personal. Estoy reflexionando, más bien, sobre mis sensaciones de lector que se ha encontrado ante artículos acéfalos, por definirlos de alguna manera, donde alguien me habla y no sé quién es, con la añadidura de que, como buen lector italiano, estoy acostumbrado a que los editoriales del periódico estén siempre firmados, no sólo las columnas de opinión. Alguien podría objetar: "Perdona, un periódico da las noticias y se espera que lo haga de forma verídica, por lo cual si la noticia que te da es importante y tú supones que es verdadera ¿qué te importa quién te la ha dado?".

Objeción férrea si los periódicos fueran todos como esos cuadernillos que se distribuyen gratis en el metro, donde se nos dice, precisamente, que ha habido un nuevo atentado en Bagdad, que ha nevado en el Caribe mientras crecían plátanos en Estocolmo (casos, por desgracia, cada vez más probables), o que Silvio Berlusconi se ha sentido mal durante un acto político. El caso es que los diarios están dejando de ser así. Han pasado los tiempos en los que se discutía si la prensa era objetiva y si se podían separar los hechos de las opiniones, y cómo. Me acuerdo de furibundas aunque muy cordiales discusiones con Piero Ottone. El defendía un periodismo que entonces llamábamos "a la inglesa", en el que se separaban los hechos de las opiniones (creo que Ottone se ha resignado, puesto que ahora publica únicamente una columna de opinión), y otros sosteníamos que incluso allí donde esta diferencia se respeta formalmente (un ejemplo modélico es The New York Times, donde los artículos de opinión, firmados, están sólo en las últimas páginas, junto a las cartas de los lectores, y lo demás deberían ser hechos), pues bien, que incluso en ese caso el mero hecho de poner dos sucesos en la misma página (por ejemplo, dos noticias que tratan de un asalto a mano armada por parte de bandidos calabreses) se convierte ya en la sugerencia de una opinión, y que muchos reportajes anglosajones en los que se cita entre comillas a dos señores con opiniones contrarias sobre el mismo hecho suelen ser bastante hipócritas, puesto que es el periodista el que ha elegido a quiénes iba a citar.

Pero el problema no atañe ya a aquella antigua polémica. El problema es que un periódico hoy en día se encuentra en la situación de tener que hablar de hechos de los que ya ha hablado ampliamente la televisión un día antes, por no hablar de los que leen las noticias frescas en Internet. Y, por lo tanto, no puede comportarse como un periódico que, opiniones aparte, da noticia de los hechos, porque si no el lector dejaría de leer los periódicos. Véase, por ejemplo, el Corriere della Sera, que, en la página final, pone una especie de sumario de los hechos relevantes del día anterior. Excelente para los que tienen poco tiempo o no han visto los noticieros de TV (pero si el acontecimiento es notable ya le habrá llegado un mensaje de texto de un amigo). Ahora bien: si esa fuera la función de un periódico, el Corriere della Sera podría distribuirse gratis en las estaciones con formato de tarjeta de visita, lo cual no llenaría de dicha a sus propietarios, supongo. Yo cito siempre dos episodios. Uno, la bomba de Piazza Fontana. Cuando sucedió, yo estaba en Nueva York (me divierto coleccionando coartadas para todos los delitos y matanzas) y se me informó del hecho muy temprano, teniendo en cuenta que Nueva York está seis horas adelantada respecto de Italia. Preocupado, llamé a Milán, y mi mujer, que todavía no había visto el programa de noticias de la noche, no sabía nada. Digo siempre que supe de la matanza con seis horas de antelación. No es verdad, pero da la idea. Muchos años después, a las seis de la tarde, un amigo periodista me llamó diciendo que había muerto Bettino Craxi. Inmediatamente después me llamó por otros motivos mi secretaria y me pareció interesante darle la noticia. Lo sabía ya: alguien le había mandado un mensaje de texto.

Llamé a mi mujer. Lo sabía ya: se lo habían dicho por teléfono antes de que la televisión diera la noticia. Díganme ustedes, entonces, para qué sirve un periódico. A estas alturas, un periódico sirve para empaquetar los hechos con opiniones. Es lo que ahora les pedimos, y puesto que se trata de opiniones sobre los hechos, queremos saber quién expresa esa opinión, si es un autor de quien nos fiamos o un escritorzuelo que habitualmente menospreciamos. Por eso, un periódico que hace huelga suprimiendo las firmas se vuelve mudo, lo cual significa que la protesta sindical tiene su relevancia.